A L.'. G.'. D.'. G.'. A.'. D.'. U.'.
Resp.'. Log.'. Simb.'. Interrogación Cósmica 26 No. 7
Gran Or.'. de Chilpancingo de los Bravo, Gro.

A todos los QQ.'. HH.'. MAS.'. Esparcidos sobre la faz de la tierra

S.'. F.'. U.'.

Análisis del Porqué de la Semana Santa

La semana santa es la fiesta que simboliza la renovación de la humanidad misma, que está regida por el calendario litúrgico de la iglesia católica, por lo que sus fechas son movibles, varían en sus inicios entre finales del mes de marzo y principios del mes de abril de cada año. Durante ella se recuerda la última cena de Jesús, con sus 12 discípulos; la traición de Judas, que entregó a Jesucristo por treinta piezas de plata, para que fuera sentenciado y condenado a muerte; el vía crucis y la crucifixión. Comienza con el domingo de Ramos de la Pasión Señor, para dar paso al jueves, el viernes y el sábado santos, o triduo pascual, (serie de tres días dedicados a un culto litúrgico), que simbolizan el cambio del mundo viejo al nuevo, son los días de renovación a través de la búsqueda y muerte de Jesús. Todos los seguidores de Cristo conmemoran de alguna manera la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, independientemente de su afiliación religiosa. Así católicos, protestantes evangélicos, bautistas y presbiterianos, ortodoxos o heterodoxos, aunque la forma de recordar sea distinta una de otra, tienen la misma intención.

La liturgia de la Semana Santa comienza con la bendición de las palmas y una procesión el domingo, con una solemne proclamación de la narración de la Pasión según San Mateo en la misa. La procesión de Ramos viene evidentemente del recuerdo de lo que pasó en la vida de Jesús días antes de su pasión y muerte. En Roma para el siglo IV se le llamaba a este día "Domingo de la Pasión" y en él se proclamaba solemnemente la Pasión del Señor, haciendo ver que la cruz es el camino de la resurrección. Sólo hasta el siglo XI se comenzó allí también la costumbre de la procesión.

El Jueves Santo abre el Triduo pascual con la Eucaristía vespertina porque así como la Cena del Señor marcó el inicio de la pasión mientras Jesús se encamina a la donación de su vida en sacrificio expiatorio para la salvación del mundo, establece su mediación objetiva en el rito convivial de la nueva alianza, y releva su inmensa caridad, que es la base de su pasión y de su muerte. En la mañana del Jueves Santo, el obispo celebra, junto con su presbiterio, la Misa Crismal o de los Santos Oleos, en la que se bendicen los óleos que se usarán para la celebración de los sacramentos. La palabra crisma proviene de latín: chrisma, que significa unción. Así se llama ahora al aceite y bálsamo mezclados que el obispo consagra este Jueves Santo por la mañana para ungir a los nuevos bautizados y signar a los confirmados. También son ungidos los Obispos y los sacerdotes en el día de su ordenación sacramental. La liturgia cristiana ha aceptado el uso del Antiguo Testamento, en el que eran ungidos con el óleo de la consagración, los reyes, sacerdotes y profetas, ya que ellos prefiguraban a Cristo, cuyo nombre significa "el ungido del Señor". El crisma se hace con aceite y aromas o materia olorosa para significar "el buen olor de Cristo" que deben despedir los bautizados. El Santo Crisma, es decir el óleo perfumado que representa al mismo Espíritu Santo, nos es dado junto con sus carismas el día de nuestro bautizo y de nuestra confirmación y en la ordenación de los diáconos, sacerdotes y obispos. En la Misa Crismal se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos de los catecúmenos y de los enfermos. El primero se extiende el efecto de los exorcismos, este aceite es un jugo untuoso de color verde amarillento que se extrae del olivo o de otras plantas. El segundo atestigua el apóstol Santiago, remedia las dolencias de alma y cuerpo de los enfermos, para que puedan soportar y vencer con fortaleza el mal y conseguir el perdón de los pecados. El aceite simboliza el vigor y la fuerza del Espíritu Santo.

El Viernes Santo es el día de pasión y muerte del Señor y del ayuno pascual como signo exterior de nuestra participación en su sacrificio. Este día tiene lugar El vía crucis, que es el camino de la cruz, el recorrido que hace Jesús coronado de espinas, cargando la cruz donde será clavado, en la cima del monte del Calvario. Las catorce estaciones del vía crucis simbolizan para los cristianos el camino de dolor que lleva a la resurrección del espíritu. En este recorrido Jesús recibe los azotes e insultos de la guardia romana y cae exhausto en tres ocasiones. El viernes santo a las tres de la tarde se cumple el episodio más triste de la Semana Santa; la muerte de Cristo.

El sábado de gloria se celebra la vuelta del espíritu de Cristo al reino de Dios. El Sábado Santo es el día de la sepultura de Jesús y de su descenso al lugar de los muertos. Este es el día de espera litúrgica por excelencia, de espera silenciosa junto al sepulcro: el altar está desnudo, las luces apagadas; pero se respira un ambiente de fervorosa espera, llena de paz y cargada de esperanza.

El domingo de resurrección se alcanza el momento de mayor júbilo en este calendario: Jesucristo vuelve desde la muerte. Esta Vigilia es la más grande y santísima noche del año, la celebración antigua, más importante y más rica de contenido.
No se vela porque Cristo resucitó en la noche o para esperar la resurrección, sino para expresar que vivimos en espera, en la vigilancia y en la esperanza de la venida del Señor, del cumplimiento del nuevo y definitivo paso con él. este domingo tiene un doble carácter, de gloria y de sufrimiento, que es lo propio del Misterio Pascual. La Pascua, significa el paso de Dios sobre la Tierra.

Los preceptos de la Semana Santa o Cuaresma, para los católicos son guardar los días de ayuno y abstinencia, entendida ésta como el prescindir o privarse de un alimento que mucho satisfaga a la persona, como la carne. La Iglesia católica marca el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo como los días de obligatoriedad. Además de conservar un espíritu de solidaridad, comprensión y amor al prójimo, la Iglesia también pide que se aproveche este tiempo para la Confesión y la Comunión, que son dos de los Sacramentos más importantes para el cristiano católico.

Independientemente de la fe religiosa que se profese, estas fechas nos deben llevar a la reflexión, y hacer un alto en nuestra forma de ser y preguntarnos si ese es el tipo de vida que deseamos seguir llevando, olvidando que la moderación debe regir nuestro accionar, por que no todo en la vida es placer, ratos felices, trabajo, se debe buscar alimentar el alma, con reposo, lectura, buenas acciones, más que buenas intenciones.

Es cuanto V.'. M .'. y QQ.'. HH.'.

Fraternalmente

M.'. M.'. Manuel Lino Vallejo



Colaboraciòn del Q.'.H.' Manuel Lino Vallejo
Del Or.'. de Chilpacingo de los Bravos ,Gro.