A L.'. G.'.D.'.G.'.A.'.D.'.U.'.
A LA RESP.'.LOG.'.SIMB.'. INTERROGACIÓN COSMICA 26 No. 7
GR.'.OR.'.DE CHILPANCINGO, GRO.
A TODOS LOS QQ.'.HH.'.MAS.'.ESPARCIDOS SOBRE LA FAZ DE LA TIERRA
S.'.F.'.U.'.
La Moral y la Ética un Mismo Camino
La ética y la moral van de la mano de la mano dentro de la masonería, mientras que la primera ve la normatividad, la segunda busca que las cualidades personales desarrolladas en el seno de la familia afloren en la conducta del hombre dentro de la familia, la relación con amistades y en general en todas las actividades sociales realizadas con nuestros semejantes.
El vocablo ética (deriva de la voz griega ethika, de ethos, ‘comportamiento’, ‘costumbre’), principios o pautas de la conducta humana y como rama de la filosofía, está considerada como una ciencia normativa, porque se ocupa de las normas de la conducta humana, para distinguirse de las ciencias formales, como las matemáticas y la lógica, y de las ciencias empíricas, como la química y la física.
En la historia de la ética hay tres modelos de conducta principales, cada uno de los cuales ha sido propuesto por varios grupos o individuos como el bien más elevado: la felicidad o placer; el deber, la virtud o la obligación y la perfección, el más completo desarrollo de las potencialidades humanas.
El advenimiento del cristianismo marcó una revolución en la ética, al introducir una concepción religiosa de lo bueno en el pensamiento occidental. La primera idea ética cristiana descansa en la regla de oro: “Lo que quieras que los hombres te hagan a ti, házselo a ellos” (Mateo 7,12); en el mandato de amar al prójimo como a uno mismo (Levítico. 19,18) e incluso a los enemigos (Mateo 5,44), y en las palabras de Jesús: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mateo 22,21).
El filósofo francés Jean-Jacques Rousseau, en su obra el Contrato social (1762), aceptó la teoría de que una sociedad está regida por las cláusulas de un contrato social. En su novela Emilio (1762) y en otras obras, atribuía el mal ético a las inadaptaciones sociales y mantuvo que los humanos eran buenos por naturaleza.
El vocablo moral deriva de la voz latina “Moralis” la cual debemos entender como malicie
En la masonería no cabe la mala fe, la deslealtad, la mala voluntad, la impaciencia, la indiferencia y apatía, el que decida pertenecer a esta augusta y honrosa institución, debe saber antes de ingresar que todo cuanto haga de aquí en adelante por el bien propio y de sus semejantes, lo estará colocando en otro estadio que le permitirá reconocer sus vicios, malos hábitos e imperfecciones a fin de renacer cada día en sus buenas obras en favor de si mismo, sus semejantes y su creencia en un ser supremo. Todo lo que rompa con la armonía no tiene cabida en una logia o taller masónico.
Colaboraciòn del Q.'.H.' Manuel Lino Vallejo
Del Or.'. de Chilpacingo de los Bravos ,Gro.