El Silencio Masónico




Es la primera palabra que pronuncia el Ven.'. M.'. al momento de abrir los TTrab.'. Con ello, se intenta resaltar la importancia del silencio iniciático como requisito previo para el desarrollo de la labor masónica.

Según el Diccionario Enciclopédico de la Masonería de Lorenzo Frau Abrines, el silencio "es una obligación que debemos observar dentro y fuera de Logia", pero no solo porque así lo disponen nuestros antiguos usos y costumbres. Los escritores masónicos que han abordado el tema, recomiendan el Silencio como necesario al orden y la seriedad del trabajo esotérico, lo que distingue marcadamente las reuniones masónicas de las profanas.

"El Silencio practicado con una actitud iniciática se eleva al rango de Virtud, pues gracias a él es posible aprender a ser prudente, diligente, moderado y discreto, observar constructivamente las faltas y aprovechar los aciertos de los demás para bien propio y colectivo.

Dentro la Masonería Simbólica, el silencio está representado por la Cuchara (trulla, llana) con la cual prudentemente debemos extenderlo a manera de una capa homogénea y consistente sobre los defectos de nuestros semejantes, tal como lo hace un masón operativo en sus construcciones, tratando al mismo tiempo de sacar provecho general de lo realmente importante y constructivo de sus aciertos.

Dentro del Rito Escocés Antiguo y Aceptado constituye el signo de Ord.'. de ciertos grados capitulares y el del grado más alto de la Mas de adopción, donde podemos encontrarlo en la divisa "Silencio y Virtud", bordada en oro y azul en la charretera distintiva de la Orden, hecha de satín blanco y colocada en el brazo izquierdo. Esta misma divisa la usan en color verde sujeta al a rodilla izquierda los CCab.'. R C de Kilwinning en el Rito de Misraim.

El Silencio como condicion del trabajo esoterico.

La primera vez que nos enfrentamos al Silencio iniciático dentro de la Orden es al momento de ingresar en la Cám.'. de RRefl.'., cuando a petición del Terr.'. el recipiendario debe observar todo lo que se encuentra al interior, reflexionar sobre la impresión que le provoca cada cosa y el conjunto y finalmente llenar el Triang.'..

Poco después, el Recip vuelve a toparse con él, cuando pasa por las pruebas de los elementos restantes, que deben desarrollarse en también en silencio.

El primero de los tres juramentos, promesas o compromisos -según el rito- de la Cer.'. de Inic.'. está consagrado al Silencio.

De hecho toda la Cer.'. de Inic.'. se lleva a cabo en Silencio hasta que el Recip.'. Recibe la Gran Luz.

Ahora, examinemos el Silencio que se practica en las Tenidas Ordinarias de Prim.'. Cam.'., en el Rito Francés Moderno:

Antes de iniciar los TTrab.'. los HH.'. en PP.'. PP.'. quedan en silencio, tratando de relajarse y dejar a un lado sus asuntos profanos, preparándose de tal suerte para el trabajo esotérico,

Una vez que han sido introducidos al Tem.'. y colocados en su respectivo lugar por el M de CCer, el Ven.'. M.'. solicita al encargado de la Col.'. de la Arm.'. ejecutar una pieza musical propicia para la relajación. El silencio reina en los cuatro puntos cardinales y al fin, el mundo profano desaparece.

Cada H.'. medita, se impregna de esa atmósfera de calma, y así se coloca en condiciones de tallar su piedra.

Momentos después, el Ven.'. M.'. llama al silencio a todos los HH.'., anunciando el inicio de los TTrab.'.; el M.'. de Cer.'. comienza su labor: verifica que todos los presentes estén en sus puestos y con los distintivos de su respectiva calidad masónica y verifica con que el Tem .'.esté a cub.'. de toda indiscreción profana.

Rompe el Silencio el Ven.'. M.'. al encender su estrella en nombre de la Sabiduría; lo sigue el Seg.'. Vig.'. que enciende la suya en apelando a la Fuerza y finalmente el P .'.V .'.quien hace lo propio en honor de la Belleza.

La Fuerza de estos tres principios, o mejor dicho de este principio trinitario, se acentúa gracias al Silencio imperante.

Posteriormente, cada golpe de Mall.'. marca el fin de la preparación mental lograda por el Silencio y la Calma, para dar inicio a los trabajos de la Tenida.

La Palabra y el Silencio como en la música, son usados con Orden, Ritmo y Armonía: En TTrab.'. abiertos, solo un H .'.Comp .'.o M.'. puede hacer uso de la Pal a la vez, previa autorización de su respectivo dignatario, debiendo los demás escuchar en silencio, con atención y actitud receptiva y fraternal, lo que ayuda también y en su caso, a preparar una respuesta ordenada y consciente.

Durante todo ese tiempo, el que usa la Pal.'. deberá estar en Pie y al Ord .'.y Dirigirse al Ven.'. M.'.; evitará el abuso en el tiempo, debiendo marcar el fin de su intervención con la fórmula "He dicho" o "Es cuanto (.tengo que decir), Ven.'.M.'."

Al finalizar los trabajos de Ord.'., cada Dig anuncia el regreso del Silencio a su respectiva Col.'. y al Or.'. iniciando así la preparación de los HH.'. para regresar al mundo prof.'..

Antes de clausurar los TTrab.'. el Ven.'. M.'. nos recuerda nuestra promesa de silencio sobre lo percibido por nuestros sentidos a lo largo de la Ten.'.. Esto, desde luego no solo debe tomarse en sentido literal, sino también en sentido alegórico y simbolico.

El silencio en la Cadena de Unión crea una atmósfera cálida, de vinculación fraternal, que va fortificando nuestros lazos, a medida que la practicamos juntos y en armonía.

EL SILENCIO DEL APRENDIZ:

Muchas escuelas iniciáticas, tanto en oriente como en occidente, contemplan el silencio de los Recién iniciados.

Zoroastro y Pitágoras, tenían previsto en sus respectivas escuelas un período de tres años de silencio para sus AAp.'.

En la masonería del siglo XVII el lapso de estancia reglamentaria de un H.'. en la Col .'.N .'.era de 7 años. Al no permitirse el testimonio escrito del trabajo masónico y por tanto, no existir bibliografía sobre el tema, la única forma de adquirir conocimiento de la Orden en cuanto a sus principios, fines, organización, simbolismo, filosofía, ceremoniales, etc., era asistiendo con regularidad a las Tenidas. Aquel que quería instruirse debía asistir con regularidad, procurando observar, meditar, intuir y callar.

En la Francmasonería, el Silencio del Ap.'. está lejos de constituir una medida vejatoria o autoritaria, tendiente a frustar o a hacer menos al recién iniciado. Al contrario, es un instrumento educativo, de formación iniciática, que por tanto debe asumirse con plena conciencia de sus beneficios.

Una vez dentro de la Orden, el neófito debe de guardar silencio en trabajos abiertos, aprovechando sus energías y vitalidad para concentrarse y escuchar, a fin de aprehender con sus sentidos todo aquello que le permita su crecimiento positivo interior.

Si por algún motivo excepcional el Ap requiere de hacer oficialmente uso de la palabra en trabajos abiertos, deberá hacerlo por conducto del Seg .'.Vig.'. o un H .'.M .'.M.'.. También podrá hacer uso de ella a invitación expresa del Ven.'. M.'., principalmente para presentar una Plancha o Burilado.

Sin embargo, en pasos perdidos y en la Sala Húmeda, durante el ágape fraternal de costumbre al final de cada Ten.'., los AAp.'. pueden preguntar, comentar, etc. todo lo que deseen sobre los temas tratados en esa ocasión o derivados de alguna lectura o experiencia vividas entre una tenida y otra. En todo caso, los MM.'. M.'. tienen frente a ellos el compromiso de aclarar sus dudas, orientarlos para su avance por el camino de la Iniciación masónica.

Hoy en día millares de libros, el avance de las tele comunicaciones y medios como la Internet, nos brindan una cantidad inagotable de información documental, lo que permite al que se interesa y pone Manos a la Obra, adquirir una visión más amplia y un avance más rápido en el conocimiento de todo aquello que en su conjunto podemos llamar "información masónica".

Sin embargo, cabe señalar que esta información constituye solo una parte -de forma, no de fondo- de lo que podemos llamar en su conjunto "lo masónico" o mejor aún "el Saber Masónico".

Existen muchas cosas en la Masonería que por su propia naturaleza no se pueden enseñar en los libros, los videos, ni en la Internet. La experiencia iniciática, El efecto transformador experimentado al participar en la ejecución de los Rituales, el Amor Fraternal derivado del trabajo esotérico, la Tolerancia y en general el pleno ejercicio de la libertad de conciencia en tanto que integrantes de la ética (modo de ser) masónica, solo pueden aprenderse (aprehenderse) en los Trabajos de Logia.

De ahí la importancia de aprender a hacer uso de esta muda pero primordial herramienta para la construcción de nuestro Templo.

(A MANERA DE CONCLUSIÓN)

EL SILENCIO COMO EMOCION.

Bajo los efectos de la concentración, el silencio permite la apertura de una especie de canales. En efecto, la ausencia de la Palabra permite a nuestro cerebro utilizar su energía a escuchar y observar con profundidad. La percepción de los sentidos puede llegar a ser tal que pueden llegar a captarse sensaciones y emociones que pueden ser imperceptibles en circunstancias profanas habituales.

Solo la unificación de la voluntad y la concentración son capaces de lograr el verdadero silencio constructor, que suprime el miedo, vence la timidez, controla las energías vitales.

Todo trabajo de introspección, dirigido a la búsqueda de sí para conseguir el equilibrio interior, comienza por el manejo del Silencio. De ahí que todas las Ceremonias Masónicas se lleven a cabo en ese Silencio que no solo nos da tranquilidad, cálida comodidad para el desarrollo de nuestro trabajos internos, sino que además es realmente constructor, alimenticio, en fin, iniciático.



He dicho, Ven.'. M.'.

M.'.M.'. José Ramón González Chávez