Algunos puntos de la encíclica Humanum Genus, escrita por León XIII en 1884. Esta es la mas extensa y reveladora de las encíclicas sobre la Masonería. Desvela el engaño masónico y sus verdaderos objetivos:

El fin de la Masonería es derrocar todo el orden religioso y político del mundo que ha producido la enseñanza cristiana y sustituirlo por un nuevo orden de acuerdo a sus ideas.

Sus ideas proceden de un mero "naturalismo". La doctrina fundamental del naturalismo es que la naturaleza y la razón humana deben ser dueñas y guías de todo.

La Masonería reclama ser la religión "natural" del hombre. Por eso dice tener su origen en el comienzo de la historia.

El concepto masón de Dios es opuesto al de la Iglesia Católica. No aceptan de Dios sino un conocimiento puramente filosófico y natural. (Dios es entonces imagen del hombre.

Por eso no tienen una clara distinción entre el espíritu inmortal del hombre y Dios)

Niegan que Dios haya enseñado algo.

No aceptan los dogmas de la religión ni la verdad que no puede ser entendida por la inteligencia humana.

Poco les importa los deberes para con Dios. Los pervierten con opiniones erradas y vagas.
La Masonería promulga un sincretismo que mezcla desde los misterios de la cábala del antiguo oriente hasta las manipulaciones tecnológicas del modernismo occidental.

El logos masónico del compás y el cuadrante son símbolos de un racionalismo que pretende identificarse con todo lo que es "natural".

Su calendario numera los "Años de Luz" (del primer día de la creación o "Años del Mundo".
Enseña que la Iglesia católica es una secta.

Su oposición a la Iglesia Católica antecede a la oposición de la Iglesia contra ella.

Incompatibilidad entre el Catolicismo y la Masonería:

El Catolicismo es una religión revelada y esencialmente sobrenatural. Por eso la Iglesia debe enseñar con autoridad la doctrina revelada.

La Masonería promete la perfección por medio solo del orden natural y ve el orden natural como el mas alto destino.

De lo anterior se concluye que el Catolicismo y la Masonería son esencialmente opuestas. Si una desistiera de su oposición a la otra, dejaría de ser lo que es.

La encíclica hace una reflexión basada en las "dos ciudades" de San Agustín que representan dos reinos opuestos en guerra. En un lado Jesucristo, en el otro está Satanás. La fuerza detrás de la Masonería, causante de sus engaños y su odio a la verdad de Jesús no puede ser sino Satanás, el príncipe de la mentira.

El Papa enseña que el abandono de las virtudes cristianas es la principal causa de los males que amenazan a la sociedad. (ref. Misericors Dei filius, 23 de junio, 1883)

Otros pronunciamientos de la Iglesia referentes a la Masonería

El antiguo Código de Ley Canónica (ley oficial de la Iglesia) del año 1917, condena la Masonería explícitamente.

Canon 2335: "Personas que entran en asociaciones de la secta masónica o cualquier otra del mismo tipo que conspire contra la Iglesia y la autoridad civil legítima, contraen excomunión simplemente reservada a la Sede Apostólica.

Declaración sobre la Masonería de la Conferencia Episcopal Alemana

Publicado en L`Osservatore Romano, (periódico del Vaticano), 9 de julio, 1980
Entre la Iglesia Católica y la Masonería se han mantenido conversaciones oficiales en los años 1974-1980 por encargo de la Conferencia Episcopal Alemana y de las grandes Logias reunidas.
En el curso de aquella se ha tratado de constatar si la Masonería ha experimentado cambios a lo largo del tiempo, tales que consientan a los católicos de pertenecer a ella actualmente.

Las conversaciones se han desarrollado en clima de cordialidad y con gran franqueza y objetividad.
Se han estudiado los tres primeros estadios (grados) de pertenencia a la secta. Después de atento estudio de esos tres estadios primeros, la Iglesia Católica ha constatado que existen contrastes fundamentales e insuperables. En su esencia la Masonería no ha cambiado. La pertenencia a la Masonería pone en duda los fundamentos de la existencia de Cristo; el examen minucioso de los rituales masónicos y de las afirmaciones fundamentales, como también la constatación objetiva de que hoy no ha sufrido ningún cambio la Masonería, lleva a esta conclusión obvia:
No es compatible la pertenencia a la Iglesia católica y al mismo tiempo a la Masonería

La Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, el 17 de febrero, de 1981, promulgó una clarificación sobre el estado de los católicos que se asocian a la Masonería en la que se reafirma la posición tradicional de la Iglesia acerca de la Masonería.

El Código de Ley Canónica actual (promulgado en 1983) no habla explícitamente de la Masonería sino que se limita a la siguiente advertencia general contra ese tipo de asociación:

Canon 1374: "Quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa; quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado con entredicho".

Algunos obispos pensaron que este canon ya no aplicaba a la Masonería. Estimaban que ésta había evolucionado y que ya no "maquinaba" contra la Iglesia. Sugirieron que se podría abrogar la prohibición contra la entrada de católicos en las logias masónicas. Las declaraciones oficiales de la Iglesia desde el 1983 han dejado muy claro que esto no es posible.

La siguiente declaración expresa en resumen la posición oficial vigente.

Declaración sobre las Asociaciones Masónicas, Quaesitum est.
Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.
26 de noviembre, 1983.

Se ha cuestionado sobre si ha habido algún cambio en la decisión de la Iglesia en respecto a las asociaciones masónicas ya que el Código de Ley Canónica, a diferencia del anterior, no las menciona expresamente.

Esta sagrada congregación está en posición de responder que esta circunstancia se debe al criterio editorial que se siguió también en el caso de otras asociaciones que tampoco se mencionaron en cuanto que están contenidas en categorías mas amplias.
Por lo tanto, el juicio negativo de la Iglesia sobre las asociaciones masónicas se mantiene sin cambios ya que sus principios siempre se han considerado irreconciliables con la doctrina de la Iglesia ("earum principia semper iconciliabilia habita sunt cum Ecclesiae doctrina") y por lo tanto se continúa prohibiendo ser miembro de ellas.

Los fieles que se inscriben en asociaciones masónicas están en estado de pecado grave y no pueden recibir la Santa Comunión. No está en la competencia de las autoridades eclesiales locales el impartir un juicio sobre la naturaleza de las asociaciones masónicas que implicase una derogación de lo que se ha decidido arriba, y esto en línea con la declaración de esta sagrada congregación promulgada el 17 de febrero de 1981 (1).

En una audiencia concedida al subscrito cardenal prefecto, el Supremo Pontífice Juan Pablo II aprobó y ordenó la publicación de esta declaración que ha sido decidida en una reunión ordinaria de esta sagrada congregación.

De la Oficina de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, 26 de Nov. de1983. Cardenal José Ratzinger, prefecto. Padre Jerome Hamer, O.P., Titular ArzobispodeLorium,Secretario.
1.Ref..AAS73(1981)pgs.240-241.
(traducción no oficial -SCTJM).

La declaración de 1983 (arriba) establece con toda claridad que la condena a la Masonería por parte de la Iglesia es vigente. Las opiniones contrarias no cambian la realidad de las cosas.